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VIVIENDO CON UN EXTRAÑO

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VIVIENDO CON UN EXTRAÑO

Viviendo con un extraño. Esto en el cine sería la típica peli de suspense o drama, pero en la historia que voy a relatar fue verdad.

Fue la típica pareja que acomodándose en los brazos del alcohol se conocieron ambos, eran de ir juntos a todos saraos y cuantos más mejor, esto se convirtió en costumbre, de aquí con tragos y de allí más que contentos. Habían construido un tan den social imparable, cada día mejor, su verdadera unión el amigo invisible, que desparpajo, que alegría, tú, yo y la bebida. Fue lenta pero muy deseada, la unión en pareja de estas dos sombras que el alcohol transporta. Lenta por la decisión de compartir algo de sus vidas, deseada por que tenían los dos las mismas ganas, beber sin censura, que nadie te diga o haga, de vez en cuando algo de sexo inventado para simular un placer sin sentido, quien disfruta, no lo saben, no emplean los sentidos.

Tanto fue el cántaro a la fuente.

Que nacieron dos hijos, con la edad temprana de sus vástagos, mantuvieron la medida. Pero cuando llegaron a ser un poco independientes, eran padres, madres y responsables de todo, sus verdaderos progenitores no estaban en condiciones. Los amigos de los chicos no podían subir a su casa, la vergüenza que sentían de sus padres era insoportable. Ni novias, ni amigos, ni parientes allegados.

El ser humano tiene el aguante hasta cierto punto, estos dos jóvenes tuvieron que batallar más que don QUIJOTE. Con amenazas e intimidaciones, consiguieron introducirlos en nuestra fundación, a dios gracias. Las cosas parece que pintaban bastante bien, pero la gran sorpresa fue la que nos contaron al año más o menos de su temprana rehabilitación.

La increíble pareja de las risas y jolgorios, resultó una completa desconocida, se conocieron con el alcohol y ahora sin él no saben quiénes son, no se conocen los gustos, sus maneras, las ideas que ellos tienen, como son, como aman y ya que me pongo tampoco como estar con él, ella, en la cama.

Toda una vida juntos, cada uno con su bebida, se conocieron bebidos, ahora que ya no beben se desconocen.

Pero en esta historia hay un precio, el alcohol te transporta por las aguas de CARONTE y para cruzar a la otra orilla, hay que darle al barquero dos monedas, la de lo siento y la vida.

Al marido se lo llevo la mujer de negro, le dijo basta. A la madre, aún le quedan besos para sus nietos, todos los que no les dio a los hijos.

EL ALCOHOL NO DISTINGUE SI SON MARIDO Y MUJER, SOLO LLAMA AL QUE LO BUSCA, PUES AL FINAL LO QUE TOCA LO CAMBIA Y DESPUÉS TE MATA 

Fundación Dr. Valero Martínez – ASAREX –   

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