CRUZANDO FRONTERAS ALCOHOLISMO
Cruzando fronteras alcoholismo. Todas las personas que beben, en mayor o menor medida, alcohol han hecho cosas que de lo normal no se atreverían ya no digo si son alcohólicos o no.
Esto me lleva a desvelar cuando se cruza la frontera del bien por el mal.
Supongamos que se trata de un bebedor aun sin problemas.
Él es de momento bebedor social, esta persona se mantendrá así años y no resaltará ni perturbará al resto de la gente. El único cambio ha sido su aumento de bebida para conseguir el mismo efecto, en casa de momento, bien. Alguna mentirijilla para tapar su casi embriaguez. Si hay alguna mala cara, estará un tiempo sin repetir su escarceo, cuando vuelvan a soplar vientos favorables, volverá a beber esa cantidad.
Aquí empieza a jugar a caballo perdedor.
Se está asomando por el muro y en el otro lado están todos los alcohólicos, que en su día fueron como él, pero nos diremos: yo esto lo dejo cuando quiera, esto con palabras y piensas, (lo haré otro día), es así, todo lo dejamos para mañana.
La cosa prospera, ahora dedicas tiempo de tus obligaciones, para ir o estar bebiendo. Paras de hacerlo cuando ya no te queda dinero o no hay nadie para invitarte, digamos que no vas muy sereno, tu entrada por tu casa será triunfal, por la mañana, presentarle al espejo tu cara se convierte en pecado mortal, no voy a beber más, santas palabras si fuera cierto, mas no las cumples.
Acaba de saltar el muro de las dependencias.
Se ha convertido en un alcohólico más. A partir de ahora toda irá cuesta abajo, se dejará caer en los brazos del alcohol y será quien dirija su vida. Como el alcohol no tiene obligaciones tampoco lo dejara que las haga, solo lo querrá a él, nadie más, no tendrá otro dueño ni otro ser que lo consuele tanto, así tendrá el, la opinión de su grandísimo abandono y la tanta necesidad de no apartarse de él.
Ahora es cuando intervienen, la cordura, la sensatez y el malestar de convivir con alguien así. El despojos tienden a estar en las basuras, gracias a los buenos recuerdos. Intentan rescatar esa fruta fresca y llena de vida que fuiste un día.
La primera son el oír tantas amenazas, como tragos ingeridos. La segunda, más condiciones que las de la biblia para entrar en el reino de los cielos, y por fin, humillado por todas las faltas, mentiras, desdenes y no ser el que decías ser, te proponen la tercera, NOSOTROS, LA FUNDACIÓN, no hacemos milagros, pero apañamos la vida de muchos.
Os aconsejamos la lectura de este libro o que lo regaléis en el día del libro
Un comentario de pequeñas historias de alcoholismo.
Impactante. Pues escribo ya lo que opino, porque me lo he leído de tirón. Pequeñas historias, algunas de ellas conmovedoras, otras intensas, otras increíbles, pero todas ellas con un nexo común. Una vivencia en primera persona de los sentimientos, circunstancias y con una óptica más explicativa que escusante. Me parece de lectura obligada para la concienciación de que esto es muy habitual y que cuanto más informado se esté, mejor. Sobre todo te deja muy claro hasta donde se puede llegar, prácticamente sin darte cuenta.